Valle de los Ingenios

Al salir de Trinidad por la Ruta 12, en dirección noreste hacia Sancti Spíritus, el camino pasa por el espectacular Valle de los Ingenios o Valle de los Ingenios. Al igual que Trinidad, este exuberante valle es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Cuando era la región productora de azúcar más importante de Cuba, había más de 50 ingenios azucareros en funcionamiento en el valle. Sin embargo, hubo una grave crisis en la economía del valle a mediados del siglo XIX, y luego colapsó por completo en 1880, cuando los precios mundiales del azúcar se desplomaron.

Muchas de las magníficas casas y mansiones de las plantaciones que datan de aquellos tiempos ahora están en ruinas, pero algunos aún se mantienen en pie, entre los que destaca la finca de excepcional belleza de la familia Iznaga, que ha sido restaurada. La finca principal Manaca Iznaga fue comprada en 1795 por el cobarde Pedro Iznaga, quien se enriqueció con el tráfico de esclavos. Las palmeras reales, los bastones ondulantes y las colinas onduladas son de una belleza eterna.

El pequeño y pintoresco Tren Turístico, un antiguo tren de vapor, va diariamente desde la estación Trinidad, al sur de la ciudad, hasta Manaca-Iznaga. No puedes perderte la finca, como lo indica espléndidamente la Torre de Manaca-Iznaga, a 15 kilómetros por carretera desde Trinidad, que se alza orgullosa entre los verdes cañaverales.

Cuenta la leyenda Se dice que la torre fue construida después de una apuesta entre dos hermanos, en la que uno tenía que construir una torre más alta que la profundidad a la que el otro podía cavar un pozo. De hecho, la torre fue diseñada originalmente como una torre de vigilancia para vigilar a los esclavos que trabajaban en el campo, y cuenta con una campana que los convocaba a trabajar.

La impecable hacienda es un excelente lugar para un trago de guarapo, el jugo de caña de azúcar recién exprimido que se muele en el único trapiche (prensa de azúcar) original de Cuba que queda in situ. También hay demostraciones de prensado de caña de azúcar, en las que podrás participar y disfrutar después del fruto de tu trabajo con un chorrito de ron.