Cienfuegos

Cienfuegos es conocida como la "Perla del Sur".

Es una ciudad encantadora con la mayoría de sus edificios coloniales ahora completamente restaurados. Los europeos avistaron la zona por primera vez en 1494 durante el segundo viaje de Cristóbal Colón, pero no se estableció ningún asentamiento hasta 1819, cuando Louis de Clouet, un francés que había emigrado a Nueva Orleans, fundó la colonia de Fernandina de Jagua. Al año siguiente pasó a llamarse Cienfuegos en honor al gobernador general español de Cuba, quien invitó a más colonos de Luisiana.

Con un poco de imaginación se puede apreciar el intento de sus fundadores franceses de darle a la ciudad un cierto aire parisino, con sus parques, bulevares arbolados y columnatas. "La ciudad que más me gusta a mí" Dijo una vez el cantante Benny Moré sobre su ciudad natal en la canción "Cienfuegos". No fue el único animador del acuerdo. La Perla del Sur de Cuba ha seducido durante mucho tiempo a los viajeros de toda la isla con su elegancia, su ilustrado espíritu francés y su luchador estilo caribeño. Si Cuba tiene un París, definitivamente es este.

Situada alrededor de la bahía natural más espectacular del país, Cienfuegos es una ciudad náutica con una envidiable ubicación junto al mar. Un factor que le valió ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2005. La ciudad está dividida en dos partes distintas: la zona central con columnas, con su elegante Prado y el Parque Martí, y Punta Gorda, una delgada cuchilla de tierra que se adentra en la bahía con un grupo de palacios eclécticos de principios del siglo XX, incluidos algunos de los edificios más bonitos de Cuba.

Si bien gran parte de Cuba está visiblemente tambaleándose por la actual crisis económica, Cienfuegos parece brillar positivamente. No es sólo el dinero de la Unesco el que se filtra. La industria que rodea el otro lado de la Bahía de Cienfuegos –un astillero, el bastión de la flota pesquera de camarón de Cuba, una planta termoeléctrica y un centro petroquímico– constituye una de las más importantes del país. Esto, junto con una sensación omnipresente de tranquilidad que resuena a través de las renovadas calles coloniales, refrescantemente libres de jineteros (revendedores) y un revitalizante ambiente costero, hacen que la ciudad sea tan atractiva hoy como la encontró Louis de Clouet hace 200 años.